Cada día que despertamos y abrimos nuestros ojos, miramos de un lado hacia el otro, nos levantamos lentamente, caminamos, pensamos que vamos hacer; nunca comprendemos que en todas esas acciones no estamos solos. Es cierto, siempre a nuestro alrededor existen miles de virus, bacterias, y parásitos listos para atacar, enfermar y hacer daño
Pero acaso, padecer una enfermedad causada por estos agentes ¿puede ser el fin de nuestras vidas?, ¿una maldición de otro mundo?, ¿existe cura?, muchas interrogantes invaden nuestras mentes cuando escuchamos hablar de estos seres microscópicos y nos aterra su capacidad de dañar al hombre.
Las mujeres embarazadas en una población, son más vulnerables que otras personas, los niveles de riesgo de contraer cualquier patología es alto, y son muchos los cuidados que debe tener ya que puede afectar al feto. Como lo es la toxoplasmosis, que afecta directamente al embrión y es una de las enfermedades que más preocupa a las mujeres y futuras madres. Yo digo, ahora la ciencia avanza todos los días, y me pregunto ¿Por qué temerle a esta enfermedad, acaso todos los bebes mueren por padecerla?, o tú mujer, crees que cada vez que te embaraces ¿te infectaras? Y si tu hijo vive ¿lo esconderás? ó ¿qué estarías dispuesta hacer para poder ayudarlo?
Este ensayo va dirigido a todas aquellas mujeres a las que no lo padecen, a las que sufren esta enfermedad y a aquellas que ya la sufrieron, porque quiero responderles inquietudes y con ello poder prevenirlas y ayudarlas a comprender esta patología, sus riesgos, y sus tratamientos, cambiar ese enigma y quitar el miedo de contraerlas, y si ya pasaste por esto, quiero darte conocimientos para que prevengas a otras mujeres con tu experiencia.
La toxoplasmosis es la zoonosis[1] parasitaria más frecuente en el mundo y en los hombres, se presenta una sola vez en la vida. El agente causal de la toxoplasmosis es el toxoplasma gondii: en los animales, en especial los gatos presentan esta enfermedad más que los demás, según la Revista Orinoquía, los estudios demuestran casi un 64% y más de 330 especies domesticas y/o silvestres.
En el hombre, la infección se da por la ingestión de los alimentos y bebidas contaminadas; otra forma de transmisión, y como se indica en las páginas 91-100 de la revista Orinoquía, es la congénita, la cual sucede durante cualquier etapa de la gestación, como en el primer trimestre, en donde se producen los mayores riegos y efectos en el feto. Pero sucede lo contrario cuando una mujer se infecta antes del embarazo, el primer trimestre resulta ser menos peligroso (10-15%), comparado con el tercer trimestre (60-90%).
La toxoplasmosis congénita puede ocasionar abortos, muertes neonatales, o anormalidades al feto que reducen su calidad de vida, pero todo esto se reúne en diferentes cosas como: 1) los riesgos siempre dependen de la infección en el tiempo que lleva la mujer en gestación, 2) la cantidad de parásitos transmitidos al feto y 3) el tiempo de transmisión. Las mujeres solo la padecen una vez, aunque el parasito se quede en su interior este no afectara su vida.
Esta enfermedad como todas, presenta unos signos clínicos entre los cuales encontramos retinocoroiditis, calcificación intracraneal e hidrocefalia, presentes en un 10% de los infantes. En los recién nacidos vemos alteraciones en el sistema nervioso central, hasta signos no específicos de infección aguda. Los niños que sobreviven pueden sufrir retardo mental progresivo, y trastornos neurológicos.
En la toxoplasmosis cerebral congénita, la revista nos muestra un caso clínico, de una bebé de seis meses de edad, quien presentó desde los dos meses estrabismo del ojo derecho y por consiguiente en el ojo izquierdo; fue valorada por el servicio de oftalmología en el examen de fondo de ojo, se encontró cicatrices retinianas e hipermetropía bilateral y se solicito serología IgG e IgM para toxoplasma y citomegalovirus, serología para VIH, cuadro hemático y un examen de las hormonas estimulantes de la tiroides. Los resultados de laboratorio de la paciente fueron no reactivos para casi todos los exámenes excepto para toxoplasma IgG: 698,9 reactivo.
Luego de esto se le remitió a un estudio radiográfico del cráneo, se observo que tenía muchas calcificaciones, por lo cual le hicieron una ecografía transfontanelar y tomografía computada (TC) cerebral simple. Los hallazgos imagino-lógicos sumados a los de laboratorio confirmaron el diagnostico de toxoplasma congénita del sistema nervioso central, con afectación coroidorretiniana bilateral, sin aparente ventriculomegalia. Por ello los médicos encargados de los estudios optaron por un tratamiento con sulfadiazina y pirimetamina, con el objetivo de disminuir las complicaciones secundarias a la infección por toxoplasma. Proporcionando a la madre y a su hija una nueva esperanza de vida, garantizando una buena salud.
A diferencia del caso anterior este es de un niño de 14 años de edad, que padeció varicela 3 meses antes de la enfermedad actual. Los antecedentes fueron fiebre y dolor abdominal, fue internado porque era muy agudo el cuadro abdominal, por lo que fue apendicectomizado. Tenía fiebre de 39.5°C, pequeñas adenopatías generalizadas sensibles a la palpación. La leucocitosis era de 5.300/mm3 y a la vez de 33mm en la primera hora. En el post-operatorio recibió ampicilina/sulbactam, se le siguieron realizando mas estudios, a los cuatro días se le dio de alta con el diagnostico de toxoplasmosis aguda, persistiendo febril. A este paciente no le realizaron un tratamiento específico ya que era inmunocompatente sin localizaciones viscerales y oculares de su toxoplasmosis.
Lo que nos permite deducir que a la bebé la trataron a tiempo antes de que sus síntomas empeoraran, como en el caso del niño, y aunque los dos sufrían de toxoplasmosis cada uno era diferente, es por ello que una mujer debe hacerse exámenes de sangre cuando está embarazada, ir siempre al médico y controlar cualquier alergia o gripa que tenga para así evitar casos con mayores riesgos.
Estos casos ocurrieron en Colombia, no son los únicos, pues según estudios y encuestas hay casi un 50-60% de mujeres embarazadas con el parásito toxoplasma gondii, en las diferentes regiones del país, como en el Quindío.
De acuerdo con esto, es de esperarse que entre 0.6% y 3% de las gestantes adquieran la infección durante el embarazo; este riesgo se ve influido por la edad y es mayor en mujeres adolecentes (1,5%) y menor en mujeres gestantes de 35 años o más (0,7%).[2]
En Villavicencio se realizó un estudio transversal en 300 mujeres embarazadas de una población total de 5.242 mujeres en el 2005, asistieron a las empresas sociales del Estado (ESEs) y el objetivo fue reconocer la prevalencia de anticuerpos de IgG e IgM en embarazadas. Después de analizar las muestras sanguíneas, verificar los resultados y de hacer un análisis estadístico se determino que la ceroprevalencia de anticuerpos IgG fue 52.5% y para IgM 11%. Es decir que el 52.5% de mujeres en algún momento de la vida tuvo contacto con el parásito.
Para concluir, gracias a las maravillas de la ciencia, hoy muchas mujeres gozan con sus hijos la alegría de ver un nuevo día, la felicidad de tener una buena salud y el comienzo de una nueva vida por los estudios realizados a tiempo y tratamientos dados. No todas las mujeres embarazadas son afortunadas porque como se ha demostrado, esta enfermedad se puede desarrollar con el pasar de los años y entre más tiempo pase, más grave y muchas más posibilidades de muerte ahí, sin llevarse un procedimiento dados; como en los casos clínicos nombrados anteriormente. Por eso no te conformes con lo que te digan vecinas o amigas, ya sabes que existen tratamientos así que no te quedes hay parada esperando a que tu hijo muera, busca a un especialista, lucha por la vida de tu hijo y ayuda a otras madres, para que encuentren esa alegría y amor por la vida.
Bibliografía:
- · T. Castro/ A. Góngora/ M. E. González. Seroprevalencia de anticuerpos a toxoplasma gondii en mujeres embarazadas de Villavicencio, Colombia. Revista Orinoquia. 10/Nov./11. Volumen 12- N° 1- Año 2008. Páginas 91-100. Disponible en : http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/896/89612109.pdf
- · Gómez JE, Ruiz B, Silva P, Beltrán S, Cortés J, Montoya J, Agudelo A. Guía de práctica clínica para toxoplasmosis durante el embarazo y toxoplasmosis congénita en Colombia. Medicina & Laboratorio 2009. 10/Nov./11. Módulo 12 (parasitología), N°6. Páginas 533-548. Disponible en : http://www.medigraphic.com/pdfs/medlab/myl-2009/myl0911-12c.pdf
- · Graciela Madero Villamizar, Fredy Martín Cerquera Cabrera, Leónidas Borrero Borrero. Toxoplasmosis cerebral congénita: reporte de un caso. Rev. Colomb Radiol. 2009. 10/Nov. / 11. Volumen 20(4). Páginas 2784-2787. Disponible en : http://www.acronline.org/Portals/0/Publicaciones/RCR/RCR20-4/05.Toxoplasmosis.pdf
- · Víctor Masedo García. Toxoplasmosis en el embarazo. Reproducción Asistida ORG. 10/No./11. Disponible en : http://www.reproduccionasistida.org/reproduccion-asistida/embarazo/embarazada/toxoplasmosis-en-el-embarazo/
Mónica L. Estepa Ruiz.